Tú que pides demasiado
Al cuerpo débil y cansado
Reclamas diáfana cordura
En momentos de sublime locura
Sinfónicos los ruidos
Que siguen la melodía
Melancólicos los gemidos
Versos tristes de mi poesía
Soy fiel a tu religión
Bella mujer de mi oscuridad
Mi cuerpo en crucifixión
Con la diosa soledad
Sólo el cruce del viento
La rosa pálida y marchita
Verdugos de mis sufrimientos
De la noche sola e infinita
Manuel Enrique
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