El insomnio quema
Arde mi lengua
Bajo las llamas del café
I me siento perdido, noctámbulo
Atrapado en los designios del tiempo
Ilustre dramaturgo
Que juega con sus hilos
Cual maniquí dócil
En sus hilos de plata
Todo un títere
De éste parlamento
Amargo e infinito
Mis lágrimas se deslizan
Como el fuego en la pólvora
Quemando las tablas
Consumiendo las líneas
De éste pobre arlequín
Manuel Enrique
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