Soy un soñador
¡Lo admito!
Perdido en la esperanza
De soñar despierto
Y soñar dormido
Soy hijo del gran Dios
Oh Júpiter mi redentor
Me diste el arco y la flecha
El fuego en la vena
He de flotar del excremento
He de hacerme notar
Pues no soporto la clandestinidad
Ya no es Tauro ni Aries
Ahora caigo seducido
Por el veneno de Escorpio
Que con sus dulces ojos
Me quema la piel
Me doma el alma
Dormita la flecha
Y doméstica la bestia que hay en mí
Manuel Enrique
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