Aumentan los decibeles de mi cólera
Con el lobo en pecho
Y el diablo a la diestra
Ni la llovizna, ni la oscuridad del amanecer
Atormentarán el ímpetu del guerrero
Que con sable desenvainado
Y la bendición de los dioses
Corta cabeza a dragones oníricos
Que aparecen bajo le rocío
Arrojando fuego sobre la banqueta
Mientras que el trovador
Haciendo uso de su imaginación
Desempolva los versos viejos
Para que trascurra el tiempo
De la desdicha comunista
Manuel Enrique
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