jueves, 12 de marzo de 2015

Mi oda

Ya mi cuerpo cansado
De rozar las paredes frías
Del eterno fracaso
Mis lágrimas
Mojan el pavimento
Único testigo
De mi impotencia
Al no tocar
Los dorados cabellos
De la lejana Diosa Fortuna
Sólo poseo el don
De escribir versos incompletos
Que me alivian el alma
Para no pensar
En otros métodos
Que me llenen de paz


Manuel Enrique

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