jueves, 21 de enero de 2010

Vinotinto

Ricas tertulias
Acompañadas de un vinotinto
Las rimas se hacen frescas
La oración y el verbo
Dan la sensación
De éxtasis, locura
Perdido en la profundidad
De una trasparente copa
Se termina la noche
Comienza el diáfano día
Para filosofar, meditar
Pero los huesos, la mente y el alma
Ansían la llegada de la noche en jerga

Manuel Enrique

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